El alma de una casa

Espíritu de familia

Taittinger

El compromiso de un nombre

La familia Taittinger, a la cabeza de la casa desde hace casi un siglo, tiene un objetivo: conseguir la excelencia. «Tener el nombre familiar en una botella supone responsabilidad y exigencia en cada momento. Esta firma ha sabido gestionar las habilidades y el conocimiento del pasado y el compromiso del mañana al mismo tiempo», añade Pierre-Emmanuel Taittinger. Un compromiso que encarna desde hace 40 años y que comparte hoy en día con su hijo Clovis y su hija Vitalie, ambos forman parte del equipo directivo de la Casa. Ellos forman un trío familiar unido y muy complementario.

Espíritu de familia
El compromiso de un nombre

El rostro de la marca Taittinger es también su directora artística y de marketing. Desde hace diez años, la embajadora, representa por todo el mundo el estilo único de la casa Taittinger.

Junto a su padre, comparte el mismo interés, casi vital, para la creación artística y los valores de apertura y de curiosidad, al mismo tiempo que la necesidad de construir la felicidad en el día a día, sin esperar a mañana... Para conseguirlo, esta epicúrea apasionada de la gastronomía, que busca el sentido y el trabajo bien hecho, tiene un secreto: «Si decidimos jugar nuestra vida cada día a fondo, todo será único y poético».

Vitalie Taittinger

Embajadora del estilo

Vitalie
Taittinger

« Si decidimos vivir todos los días a fondo, todo se vuelve rápidamente único y poético»

Vitalie Taittinger

« Champagne es la mejor manera de decir '' Te amo '', en todos los idiomas. »

Clovis Taittinger

Clovis Taittinger

Planeta Taittinger

A lo largo del año ha recorrido todo el planeta siguiendo los pasos de su tío-abuelo Claude y de su padre Pierre-Emmanuel.

Desde que tomó las riendas de la Dirección de Exportación de la empresa en 2007, Clovis Taittinger se dedica a desarrollar las ventas internacionales, animado por una verdadera pasión por la casa, por lo que se ha convertido en un embajador emblemático. Curioso y creativo al mismo tiempo, no deja de pensar en nuevas y prestigiosas colaboraciones por todo el mundo, como las realizadas con la FIFA en 2014 y 2018, convirtiendo a Taittinger en el champagne oficial de un evento mundial.

« ¡Champagne tiene algo universal que ningún otro vino tiene!»

Clovis Taittinger

Pierre Emmanuel Taittinger

Esteta, hedonista y... resistente

A Pierre-Emmanuel Taittinger, ardiente embajador de Champaña, de su historia y de su esplendor, no le gustan ni los honores ni el poder. «En Taittinger, se cultiva la viña, pero no el ego», suele decir.

Esteta, hedonista y humanista, y al mismo tiempo soñador y determinado, supo «resistir» en 2006 y ganar la batalla de la compra de la casa Champagne fundada por su abuelo al grupo Starwood. Una reconquista conseguida como un acto de fe siguiendo el espíritu del deber familiar y de consciencia patriótica. Está rodeado de un equipo de dirección joven, formado y apasionado. Con este equipo se compromete a hacer brillar la estrella de la marca Taittinger en el mundo entero, invirtiendo en una verdadera «misión de felicidad».

« Solo vivimos una vez, ¡Pero qué vez! »

Pierre-Emmanuel Taittinger

« Este vino de celebración y amor es el preámbulo más maravilloso de todas las aventuras. »

Pierre-Emmanuel Taittinger
Pierre-Emmanuel Taittinger

LA POESIA DE
LA INSPIRACION

Corinne Deville, madre de Pierre-Emmanuel, fue quién le sugirió recurrir a su hija Vitalie. Artista enamorada de la poesía y de autores singulares, a Corinne Deville le gustaba este nombre que también llevaban la madre y la hermana de Arthur Rimbaud, procedente de Ardenas como ella.

A pesar de sus orígenes, la educación de Vitalie da rienda suelta a su desarrollo creativo: «teníamos derecho a hacer cualquier cosa, incluso a pintar los muebles de nuestras habitaciones. No teníamos ningún límite en lo que a nuestra creatividad se refería». A los diez años, se quedó maravillada por los cuadros del pintor Alfred Courmes, que coleccionada su padre. Una pasión que le marcó y le inspiró. Más tarde, después de haber estudiado diseño en la Escuela Emile Cohl de Lyon, Vitalie Taittinger escribió, junto a Gilles Bernard, una obra sobre este pintor surrealista y su obra poética.

«El arte es importante para mis ojos. Me alimenta», afirma.

Vitalie se unió a su padre en 2007, cuando adquirió la casa Taittinger, convencida de la necesidad de ponerse a su lado para hacer perdurar el espíritu familiar de la casa. Durante dos años, trabajó como consultora, y después, se adentró en el servicio de marketing. Poco más tarde, fue nombrada para el puesto de desarrollo de marketing, pasando después a ser directora artística, y finalmente directora de marketing y comunicación.

«Educada con la idea de crear nuestro propio camino y no seguir el trazado para nosotros», en un principio no se había planteado trabajar para la empresa familiar. Pero al igual que su hermano Clovis, desde el principio empeñó toda su pasión y energía, e incluso encontró un sentido a este recorrido: «las cosas no se hacen de manera gratuita. Deben estar inscritas en una historia, ser objeto de una intención concreta, de una inspiración». Esta es la inspiración que transmite en todas sus acciones o durante sus viajes, cuando colabora con artistas para la colección Taittinger o con grandes chefs para la organización del premio «Prix International Culinaire Pierre-Taittinger». Esta es la sensibilidad que ella emplea en el comité de cata, en la búsqueda de ensamblajes y de paletas emocionales...

EL PLACER DEL
MUNDO

El mayor de los hijos de Pierre-Emmanuel Taittinger está encargado del desarrollo de Champagne Taittinger a nivel internacional, donde se realizan el 75 % de las ventas. Embajador de la marca, explora incansablemente nuevos mercados.

Desde hace 10 años, ha conseguido implantar la marca en unos cincuenta nuevos países. Más allá del sentido comercial, Clovis Taittinger siente de hecho, al igual que su padre, la misión de compartir con el mayor número de personas el placer y la felicidad que provocan las burbujas. Para él, el champagne también es sinónimo de «sorpresa y magia», y la «mejor manera de decir ‘te quiero’» en todos los idiomas.

Además, dedica una atención especial a las constancia de la excelencia de los champagnes Taittinger, algo que promete por todos los rincones del mundo. Su perfecto conocimiento sobre los gustos y culturas de los clientes internacionales es una gran ventaja para la elaboración de champagnes durante los comités de cata de la casa. Como la excelencia no es el inmovilismo de la tradición, al contrario, creativo, Clovis Taittinger no duda en cuestionar los códigos y constantemente abre la Casa al mundo y su evolución.

Aunque hoy en día sea un elemento principal en el seno de la empresa familiar, Clovis Taittinger no se veía dentro de la empresa. Diplomado por la EDHEC y titular de una licenciatura de Historia obtenida en La Sorbonne, Clovis Taittinger trabajó durante varios años en el mundo de la banca y la auditoría. Pero en 2007, respondió a la llamada de su padre Pierre-Emmanuel, tras la adquisición de Taittinger, para formar parte del joven equipo con el que contaría para dinamizar la casa.

UNA MISION
DE FELICIDAD

Amante desde siempre de la montaña (Chamonix es su remanso de paz), Pierre-Emmanuel Taittinger no es solo un viajero incansable. Curioso por todo y por todos, es un apasionado del mundo, pero aún más de Francia y asume ser asume ser un empresario patriótico a quien le encanta marcar la diferencia en las vidas de quienes lo rodean. Esta determinación y la consciencia de un verdadero deber familiar le llevaron en 2006 a dirigir la épica batalla de compra de la casa de Champagne, fundada por su abuelo en 1932 y en la que trabajaba desde hacía 30 años, al grupo Starwood.

Pierre-Emmanuel Taittinger es el hijo de Jean Taittinger, durante mucho tiempo diputado, alcalde de Reims y secretario de Estado del Presupuesto, Ministro de Justicia y Ministro de Estado del presidente Pompidou. De su padre y de su educación en los jesuitas interiorizó la perseverancia necesaria para conseguir la excelencia. Una excelencia que fue la reputación de Champagne Taittinger durante tres generaciones. De su madre Corinne Deville, artista y pintora, heredó el buen gusto y «su interés y apreciación de las cosas», que le permitió comprender como el champagne mejora con el tiempo. «Nuestro trabajo está lleno de humildad y de silencio», dijo, a lo que añadió: «La memoria es importante, pero no fundamental. También se puede vivir el momento, «L’instant Taittinger» sin necesitar la memoria, momentos mágicos y momentos del alma y de la piel, con todo lo que se adopta».

Entró a la Casa en 1976 como comercial, «por la puerta pequeña», pero con el paso de los años se convirtió en director comercial, subdirector general y finalmente, en director general aprendiendo «a amar por encima de esta empresa», que adquirió en 2006 con la ayuda del Crédit Agricole du Nord-Est.

Al convertirse en Presidente de Taittinger, se rodeó de un equipo de dirección joven y capaz, animado por el espíritu de creatividad y conquista, concretamente en cuanto a la imagen, el nivel internacional o la producción sostenible. «Nuestro trabajo es ancestral, pero hay que saber modernizar la tradición, revestirla y hacerla viva, todo es cuestión de equilibrio», resume. «Me gusta el champagne porque es un lujo accesible. Se trata de mantener el mito y de responder a una misión de felicidad y de ligereza». Para conseguirlo, Pierre-Emmanuel Taittinger puede contar con su hijo Clovis y su hija Vitalie, que le acompañan en la dirección de la Casa, pero también con cada uno de los miembros de su equipo, muy unidos a él.

Pierre-Emmanuel Taittinger nació en 1953, está casado y tiene tres hijos. Diplomado por el Centro de Formación de Negocios (CFA) de la ESC Reims y por el Centro de Perfeccionamiento de los Negocios (CPA) de París, es Presidente de Champagne Taittinger desde 2006, es además el presidente del Dominio Carneros en California, creado en 1988 con la colaboración histórica de Taittinger en Estados Unidos, la familia Kopf. Así como Presidente de la Asociación Vitícola de Champaña (AVC) y Presidente de la Mission Coteaux, Maisons et Caves de Champagne (Patrimonio mundial de la Unesco). Más allá de la dirección de la Casa Taittinger, Pierre-Emmanuel Taittinger siempre ha querido promocionar la región de Champaña y destacar todos sus elementos humanos, históricos y patrimoniales.

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